- Vamos Tejiendo en articulación con Comfenalco impactó a más de 600 floricultores del Oriente antioqueño, sensibilizó a 140 personas en prevención de violencias basadas en género y capacitó a 35 líderes de gestión humana.
- Uno de los pilares fundamentales del proyecto fue la capacitación en la prevención de violencias de género, la conciliación de la vida laboral y familia y la promoción de un ambiente laboral libre de acoso.
- Las líneas de trabajo contribuyeron a la creación de un entorno de trabajo más armonioso y a la implementación de políticas que favorecen la igualdad de oportunidades para todos los trabajadores, independientemente de su género.
Vamos Tejiendo marcó un hito en el Oriente antioqueño al transformar las prácticas laborales dentro de tres de las principales empresas floricultoras de la región: Jardines del Sol, Jardines de San Nicolás y Lolita Flores.
Con un enfoque centrado en la equidad de género y la sostenibilidad, este proyecto no solo mejoró las condiciones de trabajo, sino que también creó nuevas oportunidades de desarrollo profesional para mujeres y adolescentes, promoviendo su acceso a roles de mayor responsabilidad y reconocimiento en un sector históricamente caracterizado por una escasa representación femenina en cargos directivos.
El programa, implementado por PACT Colombia en alianza con Comfenalco Antioquia y financiado por el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, concluyó con un balance positivo que destaca tanto los avances en la sensibilización sobre violencia de género como la implementación de políticas laborales inclusivas.
Durante su ejecución, entre marzo y noviembre del presente año, el proyecto benefició a más de 600 floricultores, capacitó a más de 140 personas en sensibilización de violencia basada en género y entrenó a 35 líderes de recursos humanos para implementar una gestión empresarial más inclusiva y con perspectiva de género.
Lina Noreña Álvarez, analista de Cooperación y Alianzas de Comfenalco Antioquia, explica: “Este proyecto fue esencial para transformar las mentalidades y prácticas dentro de las empresas. Las herramientas proporcionadas no solo beneficiaron a los colaboradores, sino que también fortalecieron a las empresas, mejorando su rentabilidad y creando un ambiente de trabajo más justo y respetuoso”.
Uno de los pilares fundamentales del proyecto fue la capacitación en la prevención de violencias de género, la conciliación de la vida laboral y familiar; así como la promoción de un ambiente laboral libre de acoso. Estas acciones contribuyeron a la creación de un entorno de trabajo más armonioso y a la implementación de políticas que favorecen la igualdad de oportunidades para todos los trabajadores, independientemente de su género.
El impacto de las prácticas de equidad en la productividad empresarial es notable. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las empresas que implementan políticas de equidad de género pueden aumentar su productividad en un 52.5%, mejorar la retención de talento en un 57% y elevar la demanda de consumidores en un 38%.
Para Paula Ossa, especialista de Alianzas en PACT Colombia, el acompañamiento a las empresas fue clave en el diseño e implementación de políticas de equidad que no solo cumplieran con los estándares internacionales, sino que también se alinearan con las necesidades del mercado. “El impacto ha sido tangible. Las prácticas inclusivas no solo mejoraron el bienestar de los colaboradores, sino que tuvieron un efecto directo en la productividad de las empresas”, asegura.
Este cierre de ciclo no solo es un reflejo de los avances logrados en el Oriente antioqueño, sino que establece las bases para replicar este modelo en otras regiones del departamento, demostrando que la equidad de género no solo es una cuestión de justicia social, sino también un motor clave para el desarrollo económico y la competitividad empresarial.
Con el cierre de los distintos procesos guiados por Vamos Tejiendo, las empresas participantes, como Jardines del Sol, Jardines de San Nicolás y Lolita Flores, se posicionan como pioneras en la creación de ambientes laborales más inclusivos, y con ello, allanan el camino para una floricultura más sostenible y responsable en términos sociales y laborales.