El río Putumayo nace en Colombia y atraviesa la región amazónica del norte de Perú y Ecuador, para desembocar en el río Amazonas en Brasil. A lo largo de su recorrido, existe una diversidad no común en otros lugares del planeta. El río es testigo de gran variedad de historias y es donde transcurre la vida misma. Los protagonistas de las historias son mujeres, hombres y visitantes que dejan su huella.
El río Putumayo sirve como frontera entre Colombia y Perú. Aunque separa geográficamente los dos países, las comunidades que habitan en cada extremo interactúan de manera vibrante, dejando de lado cualquier límite geográfico para tener una relación simbiótica entre sí. Para los pueblos indígenas, esta conexión es mucho más fuerte y significativa.
Arminda Lomas Miranda vive en la comunidad indígena de Puerto Aurora, a orillas del río Putumayo, es la cacique/jefa de la comunidad. Para ella es de gran orgullo ocupar este cargo porque es la primera mujer en hacerlo. Esta es también una oportunidad para FECONAFROPU (Federación de Comunidades Nativas Fronterizas del Putumayo), organización históricamente liderada por hombres, que recién comienza a abrir sus puertas al liderazgo femenino, permitiéndoles demostrar que la voz de la mujer es fundamental para cumplir con sus objetivos. Arminda es una de las primeras mujeres caciques en formar parte de la junta directiva de FECONAFRUPU, integrada por caciques que representan a las 22 comunidades indígenas que viven a lo largo del río Putumayo en el lado peruano.
“Como mujeres, tenemos un largo camino por recorrer”, dice Arminda. “Necesitamos un mayor liderazgo en la organización. Debemos dejar de tener miedo de hablar, de dar nuestra opinión. En mi comunidad, como cacique, hablo con las mujeres y las animo a que se interesen por la organización para que en el futuro podamos tener un papel más importante y ayudar a que la organización se fortalezca”.
FECONAFROPU está conformada por cinco pueblos indígenas de la Amazonía que desde la época prehispánica convivieron con la naturaleza y el río. Se unieron para cooperar por objetivos comunes, sueños colectivos e intereses que los convocan a la unidad, donde intentan dejar de lado sus diferencias y al mismo tiempo respetan la autonomía de cada comunidad.
Integrada por comunidades de los pueblos bora, murui-muinane, ocaina, quichua y yagua, la organización se ha ido fortaleciendo para unir a estas comunidades étnicas. El objetivo de FECONAFROPU es promover un trabajo más activo y una comunicación más cercana entre los miembros de la organización, en favor de la defensa de su territorio y permitiéndoles tener autonomía de decisión sobre sus intereses, facilitando la cooperación pública e internacional para apoyar sus proyectos.
Desde 2019, FECONAFROPU participa en el proyecto Fortaleciendo a las Organizaciones Indígenas de la Amazonía (SCIOA, por sus siglas en inglés) liderado por Pact. En la primera fase del proyecto, la organización identificó la necesidad de instalar un punto de internet satelital para hacer frente al aislamiento provocado por la pandemia del COVID-19. Hoy, esta herramienta les permite conectarse con instituciones gubernamentales y aliados regionales, accediendo a nuevos conocimientos para fortalecer sus capacidades organizativas y financieras.
Las reuniones y actividades de FECONAFROPU se llevan a cabo en San Antonio del Estrecho, una pequeña ciudad del departamento de Loreto, en Perú, que es el punto de entrada y salida al río Putumayo para muchas comunidades. El Estrecho funciona como una especie de capital de facto de FECONAFROPU. Durante la última reunión de su junta directiva, decidieron por unanimidad participar en la segunda fase del proyecto SCIOA.
Desde que FECONAFROPU comenzó a trabajar con SCIOA, y gracias al apoyo de IBC (Instituto del Bien Común), socio de SCIOA en Perú, han podido reorganizarse y renovar sus prioridades. El proyecto se ha convertido en una especie de barco para ellos, permitiéndoles trazar un camino lleno posibilidades, en el que en el futuro esperan hacer realidad poco a poco, sus sueños como organización.
En esta nueva fase, FECONAFROPU, a través del apoyo de SCIOA, priorizó algunas actividades claves para el corto plazo. Acordaron organizar una visita del presidente de la organización y su junta directiva a todas las comunidades de base que viven a lo largo del río Putumayo. También identificaron la necesidad de capacitarse en georreferenciación y titulación de tierras comunitarias. SCIOA apoyará este esfuerzo para reforzar la autonomía territorial de la organización. En los próximos meses esperan reunirse con las autoridades municipales para incluir su Plan de Vida (un instrumento de planificación que se construye a partir de un proceso participativo para el desarrollo de proyectos) en el presupuesto participativo del distrito, un mecanismo de asignación de recursos públicos para las necesidades de las comunidades
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés), el Instituto del Bien Común (IBC) y Pact, a través del programa SCIOA, apoyan a la organización con una subvención para lograr sus objetivos. Para FECONAFROPU y sus miembros es claro que el poder de la unión y la cooperación mutua es lo que les permitirá seguir fortaleciendo su organización. Como cualquier otra organización, tienen desafíos que superar, pero con el aporte de todos y todas –caciques, comuneros y comunidad– podrán prevalecer.