Organizaciones indígenas de la Amazonía tejen futuro

En la tierra del jaguar, el casabe y la anaconda, los pueblos indígenas cultivan su sabiduría ancestral, que ha preservado con vida a la Amazonía y su gente a través de los tiempos. Hoy, cuando se advierte sobre la deforestación de este pulmón del mundo, USAID, a través del Programa Regional Ambiental de la Amazonía (AREP) y en conjunto con las organizaciones sociales vinculadas al Mecanismo de Apoyo a los Derechos Humanos (HRSM) le apuesta al fortalecimiento de las organizaciones indígenas de este territorio para que sean escuchadas en los espacios de decisión sobre este inmenso bosque húmedo tropical.

Para esto, se ha creado el proyecto “Fortaleciendo las organizaciones indígenas en la Amazonía”, implementado en Colombia, Brasil, Perú, Guyana y Surinam bajo el liderazgo de Pact. Con su apuesta por un cambio transformacional duradero a través de soluciones y alianzas locales, Pact se ha asociado con tres organizaciones locales para el desarrollo de este Proyecto: el Instituto Internacional de Educación (IEB) en Brasil; el Instituto del Bien Común (IBC) en Perú, y la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) en Colombia. Lo mismo hará próximamente en Guyana y Surinam.

Cabildos y asociaciones comunitarias

Siete organizaciones indígenas participan en el programa en los tres países que iniciaron su primera etapa: Brasil, Perú y Colombia. Estas son: la Unión de Mujeres Indígenas de la Amazonia Brasileña (UMIAB), la Organización de Pueblos Indígenas del Alto Madeira (OPIAM) y el Consejo Indígena de Roraima (CIR), en Brasil; Federación de Comunidades Nativas de la Frontera Putumayo (FECONAFROPU) y Unión de Nacionalidades Ashaninka y Yanesha (UNAY), en Perú; y el Resguardo Nonuya-Villazul y el Cabildo Indígena Mayor de Tarapacá (CIMTAR) en Colombia.

“Hemos decidido trabajar con organizaciones de nivel comunitario y subregional en estos tres países, que exhiben una articulación limitada con entidades del gobierno, cooperantes y otras organizaciones de pueblos indígenas. También, en lugares donde se presentan riesgos a la biodiversidad y conservación de sus ecosistemas, provenientes de proyectos de infraestructura, actividades extractivas y otras actividades ilícitas relacionadas con la tala, la caza y la minería artesanal”, afirma Mike Sayre, gerente regional de Desarrollo de Capacidades de Pact, y director del proyecto.

En su propia voz

El primer paso para apoyar estas organizaciones a ser cada vez más capaces de incidir en el manejo de sus territorios y abogar por los derechos de sus comunidades ha sido crear un diagnóstico y un plan de fortalecimiento con una metodología cien por ciento participativa. Así, en la maloca del resguardo Nonuya-Villazul de Colombia; en el tambo del territorio de Feconafropu, en Perú; en la sede de la UMIAB en Manaos y otros escenarios, ancianos, mujeres y hombres, niños, adultos y jóvenes, y en particular los miembros de las organizaciones indígenas, han escrito con sus propias manos, sus ideas y sus palabras la historia compartida de la comunidad y las aspiraciones, logros y retos de su organización, así como el plan de temas en los que requieren ser fortalecidos para alcanzar lo que se han propuesto. En particular, se abordan campos como la gestión de proyectos, la administración de recursos y áreas técnicas priorizadas por la organización.

“Nos gusta esta metodología porque nos permite definir a nosotros los problemas y las prioridades. Nos sentimos escuchados e involucrados en el proceso”, comentan miembros de estas organizaciones indígenas.

Entre los hallazgos de estas jornadas de diagnóstico y creación de planes de fortalecimiento se destacan algunos aspectos comunes, que marcan el rumbo del proyecto. “Uno de los retos que han tenido las organizaciones indígenas es el manejo de recursos financieros. No están familiarizados con los procesos y requerimientos de manejo de esos recursos: cómo monitorearlos, reportarlos y rendir cuentas de ellos. Eso ha sido un impedimento para el acceso de estas organizaciones a los recursos. Y a la vez, al no contar con recursos, no tienen cómo capacitar a sus equipos para superar esta brecha”, continúa Sayre.

Para velar por el cumplimiento de estos planes de fortalecimiento, las mismas organizaciones crean “declaraciones de excelencia” que muestran cómo se imaginan el funcionamiento ideal de cada área. A partir de ello van a evaluar su proceso. “Ellos y ellas votan por las acciones que quieren priorizar durante el periodo de este proyecto, y así establecen lo que se tiene que hacer para alcanzar sus objetivos. Al final, lo podrán presentar a otras entidades y crear otras propuestas o planes de trabajo. Es una planeación estratégica de ellos para ellos”, concluye Sayre.

Al tiempo que avanza el proyecto en Brasil, Perú y Colombia, el equipo de Pact inicia el proceso en Guyana y Surinam, países que han estado desarticulados del movimiento amazónico y rezagados en el establecimiento de derechos de los pueblos indígenas. Allí también, Pact trabaja para empoderar a las organizaciones indígenas para que puedan acceder directamente a fondos internacionales que les permitan abogar de manera efectiva por el uso sostenible de los recursos naturales de la Amazonía y por la vida y dignidad de sus pueblos.

Donantes y aliados “Fortaleciendo las organizaciones indígenas en la Amazonía” es un proyecto financiado por USAID como parte del Mecanismo de Apoyo en Derechos Humanos (Human Rights Support Mechanism -HRSM), liderado por Freedom House. El proyecto se vincula a la Oficina de Derechos Humanos de USAID en Washington D.C. y al Programa Regional de Medio Ambiente de USAID, con sede en Lima.  

Información del Proyecto
Ejecutor: Pact
Duración del proyecto: Febrero 2018 – Septiembre 2021
Ubicación: Colombia, Brasil, Guyana Británica, Perú y Surinam


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